El debate continúa: textos varios y primeros contactos con la patrulla anti-feísmo
Dejamos por aquí la animada conversación que tuvo lugar hace unos días en la página de Facebook de “Canibalismo urbanístico, tamén chamado Feísmo”. Una web con miles de seguidores, como le gusta señalar a su administrador, el arquitecto y articulista de opinión Carlos Henrique Fernández Coto, que ha venido a sumarse a La Voz de Galicia en su tarea de recopilación y denuncia del “feísmo”, un fenómeno que en su opinión hace mucho daño al “paisaje”, y en el que se incluyen toda una multitud de procesos muchas veces inconexos: desde mamotretos especulativos sin licencia, hasta favelas brasileñas, hórreos pintados con motivos deportivos, o arquitecturas como la que generó el debate, un pequeño gallinero construido con bloque de hormigón y con forma de pseudo-castillo.
La conversación gira en torno a la fotografía, una de las tantas con las que se habrán obsesionado los redactores del anteproyecto de Ley del Suelo que presentó Feijoo hace dos meses, y que considera la lucha contra el “feísmo” como una prioridad nacional. Por supuesto, sin mencionar en ningún momento la relación entre la gestión del suelo y las vulneraciones del derecho a la vivienda que se han producido en los últimos 15 años (imposibilidad de emancipación y desahucios mientras existe un parque de miles de viviendas vacías), ni los problemas estructurales del modelo inmobiliario que destapó la crisis (especulación, conservadurismo cualitativo y desarrollismo cuantitativo, corrupción, etc.), ni las nuevas realidades territoriales y formas urbanas que no encuentran acomodo en la clásica dialéctica rural-urbano (como las carreteras-calle, los no-ensanches o los vacíos-patio de hiper-manzana), de gran relevancia para el complejo caso gallego.
Por nuestra parte, estamos continuando el proyecto ¡Eu si quero feísmo na miña paisaxe! con un estudio sobre el concepto de lo inacabado, uno de los grandes enemigos de la nueva Ley del Suelo, y que intentaremos legitimar a través del análisis de las cualidades y potencias de tres de sus materializaciones más comunes en Galicia: las viviendas unifamiliares incrementales (o el acceso a la vivienda sin hipoteca, al margen de la cultura de la deuda), las promociones de vivienda abandonadas en estado de esqueleto estructural (o la oportunidad para la arquitectura experimental), y las calles y tejidos urbanos de edificación discontinua (o la deseable urbanidad de los solares y medianeras).
Además, dejamos también los enlaces a unos cuantos artículos aparecidos en los últimos meses que trabajan el tema del “feísmo” desde lógicas más optimistas y productivas que Feijoo y su gobierno o Fernández y sus seguidores. Recomendación especial para el artículo de nuestro colega Observer, en el que trabaja sobre el concepto de los espacios “no muertos”, un interesantísimo matiz a la hora de pensar las consecuencias de los procesos de despoblación territorial tan característicos de buena parte de Galicia.
A spectre is hunting Europe… the spectre of decrease
Arquitectura entrelíneas
Observer / 07-08-2014
Cosmética territorial
Kardo. Revista do Observatorio Galego do Territorio
Varios autores / 16-03-2014 > 27-10-2014
IC Extra! – Galicia mon amour // Entremés I
La ciudad viva
Inteligencias Colectivas / 23-10-2014
Por lembrar o Foro Internacional do Feismo
Arquitectura de Galicia
Luis Santalla / 28-10-2014
Feísmos I. Imbéciles e escuros
Arquitectura de Galicia
Iago Valverde / 12-11-2014
Feísmo y paisaje rural en Galicia
El Blog de José Fariña. Urbanismo, Territorio y Paisaje
José Fariña / 12-11-2014
Enlace a la conversación en Facebook (sin orden cronológico)
7 comentarios
7 comentarios
Espero que la defensa absurda de esta imagen sea una provocación. Esto no es un experimento es una estupidez. Las provocaciones con gaseosa y en la intimidad, lo demás es confusión y no ayuda nada a un debate que cuando queráis se hace y me desmontan argumentos que comparto con vosotros.
¡Claro que hay que hacer más debates! Sentimos que te desmonte los argumentos compartidos. Intentaremos recuperar tu confianza. Haces falta. No tenemos muy claro cuando algo se convierte en una provocación, quizás el hecho mismo de que suscite interés y debate es ya una prueba de su pertinencia. Para nosotros sólo es un gallinero con forma de castillo. Tener tan claro que esto es una “estupidezâ€, sin que casi todo lo que nos rodea también lo sea, nos parece por ahora imposible.
Como decÃamos en los comentarios, no sabemos dónde está tomada la foto, y de ahà parte nuestro posicionamiento. Tenemos claro que esta construcción no deberÃa de hacerse en cualquier lugar. Lo que no entendemos es por qué no iba a poder hacerse en algún lugar: ¿en serio el territorio complejo y diverso que reconocemos en la actualidad no puede acoger perfectamente estos pequeños delirios autopromovidos, usados, y de escala parcela?
La cuestión es que tendrá que haber algún motivo particular, contextual, que desaconseje la construcción de este gallinero-castillo. Lo único que defendemos en este sentido es que ese algo no puede ser todo el territorio gallego (el considerado “ruralâ€, claro…). Tendrá que haber reservas y espacios protegidos de todo tipo, incluso parques temáticos de la etnografÃa galaica preindustrial. Perfecto. Pero no todo el territorio. Si defendemos esa imagen es porque en ningún lugar se aportan argumentos referidos a su contexto (fÃsico y temporal) y a la relación que ahà mantiene con la colectividad.
No se sabe si está en un suelo rústico protegido donde no se podÃa construir, o al lado de algún sistema ambiental o elemento arquitectónico con una importancia patrimonial incuestionable, o si para su construcción se ha demolido una edificación tradicional de gran valor. Lo único que parece aludirse es la falta de “continuidad con el estilo del rural gallego”, un eufemismo para hablar de los “derechos visuales†de los domingueros del “ruralâ€, los turistas de excelencia, y los ciudadanos que leen el suplemento de El PaÃs pero también la sección de chapuzas de La Voz de Galicia, que se sienten brutalmente agredidos por el “mal gusto†de estos habitantes.
Y de ahÃ, pasamos a lo que hay detrás de esa falta de necesidad de explicar el contexto de la imagen, que es una completa asunción de que está tomada en un entorno definible como “ruralâ€, y que por lo tanto, tiene que acoplarse a los tiempos, mitos, estéticas y expectativas económicas de la metrópolis. Y esto, que está aún por demostrar, merece al menos muchas reflexiones antes de tomar decisiones drásticas sobre su futuro.
Si olvidamos la crÃtica basada en la elección de un estilo arquitectónico “equivocado†o en el acabado exterior de su sistema constructivo, ¿qué nos queda? Quizás, desde un punto de vista global y racional, el paisano gastó un tercio más de bloques de hormigón de los estrictamente necesarios para cumplir los requisitos de su programa funcional, o a lo mejor, su contexto le podrÃa proporcionar materiales con menos impacto ecológico en su proceso productivo. CrÃticas aceptables. En su afán formalista, quien ideó esta construcción olvidó la necesidad ética de la sobriedad para hacer frente a los desafÃos del cambio climático. ¿Es la prohibición la mejor manera de modificar estos procesos? ¿Cuántos edificios tendrÃamos que prohibir si fijamos el exceso de huella ecológica de esta edificación como criterio general?
Entendemos perfectamente que desde el mundo de la arquitectura reconocida, la de la ETSAC, el COAG, los premios, etc., sea inaceptable que un ciudadano anónimo intente modificar los valores ancestrales de la arquitectura de gallineros de esta manera tan directa y aparentemente irreflexiva. Pero para dialogar con los detractores acérrimos de este y otros muchos tipos de arquitecturas, nos pareció necesario tratar los casos más dramáticos y espinosos al principio.
Lejos de ser “absurdo”, queda, nos queda, mucho trabajo por hacer. Entre otras cosas, resolver contradicciones como la que plantea este caso: no defendemos esta arquitectura, pero sà la posibilidad de que pueda existir esta arquitectura.
Iago
Hay debates absurdos y este lo es, y además es dañino (mucho) la mentalidad que soporta esta estupidez es la misma que soporta el “costa no se qué” en Miño. Cuando alguien defiende esto desde una postura de aparente privilegio cultural está enviando mensajes a quien puede multiplicar esto por dos mil, le está diciendo que hasta puede tener sentido la reproducción de esta gilipoyez. A que no diriais lo mismo si esto lo realiza Disney o Inditex (¿la inocencia? y una mierda, es que no conocéis a quien construye estas cosas, cuando queráis os los presento). Intentar hablar de “los “derechos visuales†de los domingueros del “rural†“es algo que no tiene nombre, retirarlo por favor, me ofende. Deberiais pensar lo que decÃs. Estamos hablando de romper con nuestra memoria histórica, con nuestro ADN y le viene perfecto a alguien para justificar que no podamos honrar con el debido respeto a quien nos ha legado (hace tiempo) una realidad construida perfectamente integrada en el territorio. Es cierto que tenemos que asumir lo que ya está hecho (tantas y tantas equivocaciones y no una muestra de pluralidad, hibridación, naturalidad y bla, bla, bla…) Hemos heredado una mierda que hay que asumir y que tiene remedio no a través de leyes si no interviniendo con precisión con un cosido lógico, una generación desde ahora mismo. No pintando medianeras por pintores frustrados ni esperando hasta el infinito por una cornisa continua. Por favor retirar lo de estilo, diseño constructivo y esas cosas, ¡que no!, que esto es una inmensa idiotez esté en donde esté y Venturi aquà no estarÃa analizando los puticlubs, ni los centros de transformación ni los hórreos con la bandera de Galicia o del Depor. ¿Arquitectura reconocida?, ahora va a resultar que este señor ReproduceCastillosExin y AprovechaRestosInvernadero es un DavÃd con su piedrecita intentando cambiar los valores ancestrales de la arquitectura (vamos que el Goliat ahora es l arquitectura con sentido común y hay unos pobrecitos que están indefensos por que no le dejan mostrar todos los valores maravillosos que guardan en su interior y hay una fuerza del destino que impide los más elementales derechos de cagarse en el lugar en donde a uno se le antoje). ¡Claro! y yo soy tan tonto que no me estoy dando cuenta, no, es un señor al que todo le da por culo y vomita cualquier excrecencia por que todo le da igual. En el gallinero ya tiene la motosierra para cortar los árboles que hay atrás y y también una hormigonera para ponerle una acera de muchos metros a todo lo que construya.
“parques temáticos de la etnografÃa galaica preindustrial” sobre esto no voy a decir lo que pienso por que no me volveis a hablar. Sin acritud pero sin piedad, lo siento.
Aceptamos que lo tengas clarÃsimo Carlos. Pero cuesta ver argumentos entre tanto exabrupto. Ya sabes que la opción destructiva y pesimista la conocemos. Nos la han inculcado bien en la ETSAC.
Tanto en el post como en todo este proyecto, verás que para nosotros existen importantes diferencias entre estos casos y los grandes proyectos especulativos y tropelÃas mil que se hicieron y se siguen haciendo en Galicia. No pasa nada. Tienes razón en que no conocemos a quienes construyeron esto. Intentaremos enterarnos y pasar por allà a ver si se trata de especuladores sin escrúpulos en potencia o de otra especie animal.
Perdona lo de “domingueros del ruralâ€, que aunque creemos que es una categorÃa pertinente para describir una forma generalizada de entender el territorio como paisaje para el disfrute de la mirada ociosa, algunos de nosotros los primeros, tienes razón en que es despectivo y exagerado; en realidad, esta cosa nos puede parecer horrenda a cualquiera y sin más. En el pasado todo se hacÃa bien y “perfectamente integrado en el territorio†comentas, pero no sabemos muy bien dónde se traza esa lÃnea del pasado: ¿en la foto del vuelo del 57? ¿en el “sentido comúnâ€?. Entendible, pero de dudosa operatividad por ahora. Aún asÃ, muy débiles serÃan nuestra “memoria histórica†y “ADN†si este gallinero y similares los pueden poner en duda.
Por lo que veo, lo que más te preocupa es que este discurso, al reconocer dudas y contener contradicciones, pueda servir como coartada y justificación para cosas mayores o más generalizadas basadas en intereses individuales y de mercado. Como decÃa, para nosotros son cosas muy diferentes. Y asà deberÃa reconocerse en cualquier legislación del suelo: una de las claves es avanzar en la finura del reconocimiento legal de las diferencias entre las cosas, como por ejemplo, entre las escalas, o entre el negocio y la autopromoción. Puede que sea un poco raro, pero tampoco creo que haya que poner una advertencia para mayores de edad cada vez que publiquemos algo sobre el asunto.
Dices que casi todo lo que nos rodea es una equivocación. Puede ser. Nosotros sólo pensamos que, incluso asÃ, hay que conocerlo mejor porque puede que su parte visible esconda valores que sà tendrÃa sentido conservar: pienso por ejemplo en las carreteras-calle, con tipologÃas de todos los tamaños y cualidades, con medianeras y solares por doquier, y que el urbanismo sólo puede imaginar como un B+5 continuo que elimine el caos generado por el negocio inmobiliario y haga justicia catastral para que todos podamos ser igual de malos; sin reflexionar por un momento en cómo gestionar la pervivencia de esas maravillosas entradas de luz y vistas, los ensanchamientos que podrÃan acoger usos públicos, o la diversidad de actividades que concentran gracias a su heterogeneidad edificatoria. ¿Pensar en cómo gestionar esos otros futuros es estar de parte de los especuladores?
Perdona por no poder trabajar con ese pensamiento negativo constantemente en la cabeza. Nosotros preferimos ver Burela, Sarria, Meicende o Malpica como territorios tan mejorables como fascinantes, con muchas cualidades que todas esas equivocaciones provocaron sin buscarlo. En su relación incoherente, no por ellas mismas como objetos o procesos derivados de lógicas irracionales y capitalistas. Claro que hay equivocaciones y culpables a los que hay que impedir que sigan explotando lo común. Pero partir sólo de eso nos llevarÃa a este rencor y odio que se desprende al leer tu comentario. A nosotros eso nos paraliza. No nos sirve.
En ningún momento pretendÃamos presentar como vÃctimas a los constructores de estas cosas frente a la “opresora arquitectura reconocidaâ€. Lo de los “valores ancestrales de la arquitectura de gallineros†era una coña, ya me di cuenta de que quizás habÃa que ponerle las comillas. Aunque a veces lo parezca, no somos tan ingenuos como para no saber apreciar también los valores de la arquitectura que tú y tus amigos difundÃs y premiáis cada año. La valoramos y nos parece un camino dificilÃsimo y muy necesario. Lo que no quita que también pensemos que vuestro sistema, evidentemente con mayores y menores responsabilidades, ha sido una parte más del contexto donde se dejaron cocer todas las cosas que consideras una equivocación (para el territorio y para la profesión).
Repetimos, a nosotros nos interesa hablar de cómo es el territorio, de cómo mejorarlo, de cómo preservar sus valores y reconocer sus potencias, del pasado y del presente, de cómo conseguir sacarle valor también a todo lo que ha pasado en los últimos 50 años. Entiendo que no te interese esto, porque ya has visto de todo y para ti está muy claro lo que se salva de estas décadas. Nosotros no lo podemos tener tan claro. Pensamos que tiene que haber más. Que además de la “Arquitectura†o de las cosas que nos interesan a los arquitectos porque se referencian fácilmente a nuestras lógicas y sensibilidades, también habrá otros objetos y procesos valorables entre tanta confusión.
Y si, como en este caso, en esta búsqueda nos vemos obligados a repensar hasta los propios lÃmites de lo razonable, rozando el absurdo a riesgo de despeñarnos, es porque los acontecimientos no nos han permitido dar por buenas las conclusiones que heredamos de vuestra generación. Lo siento, os valoramos y aprendemos de vosotros, pero no nos podemos fiar completamente. Nunca nos contasteis toda la pelÃcula.
Desde luego en este plan está claro que los debates nos rebajan a todos. Lo seguiremos intentando. Pero como comprenderás, de tu respuesta sólo nos queda una cosa clara: esto es una mierda, una gilipollez, una inmensa idiotez, una estupidez y una excrecencia vomitada. Miraremos en el diccionario sus matices por si esconden argumentos de los que no nos percatamos. Por cierto, porque seguramente los haya. Lo único que decimos es que no pueden ser sólo estéticos o de “sentido comúnâ€. Cuando estos son los argumentos principales, y lo son para buena parte de la opinión pública, entenderás que se levante la sospecha.
Como creo que no estás de acuerdo en que las Leyes del Suelo definan los materiales, formas y ángulos de cubierta de todas las pequeñas construcciones productivas como esta, supongo que estarás pensando en el papel del arquitecto municipal como garante del sentido común de cada obra de este tipo. Eso ya abre caminos, nos da más que pensar: ¿DeberÃa ser una especialidad o unas asignaturas en la carrera, o con nuestra formación actual ya es suficiente? ¿Qué relación de conocimiento se deberÃa de tener con el territorio donde se ejerza? ¿Cuáles serÃan los parámetros marco entre los que se podrÃa mover la libertad de decisión de esta figura? ¿Cómo cambiamos las absurdas y castrantes oposiciones a los puestos de arquitecto en la administración?
Seguiremos trabajando. Y sinceramente, creemos que nuestro lugar en la mesa de debate está mucho más cerca que lo que nuestros respectivos enfados reflejan en esta conversación. Salud!
Iago
Iago, a mà hazme responsable de mis actos, no de los de otros. En caso contrario te achacaré la responsabilidad de actos que tu no has realizado. Hazme responsable de mis opiniones y verás, cuando quieras conocerlas, que no puedes achacarme razonamientos que me supones.Que pienses que no estimo “objetos y procesos valorables entre tanta confusión” te hace estar muy lejos de mi pensamiento. No sé con quien me confundes. Los debates se generan cuando quieras, pero prefiero que en otro formato. Las provocaciones tienen este precio y en mi caso generan las palabras que tanto te horripilan. Yo no voy a construir una explicación sobre el infortunio heredado aunque por supuesto que me parece un material de trabajo interesantÃsimo y además es el que hay.
Es curioso, porque hace una semana veÃa en el Porto-Post-Doc el documental de Lois Patiño “Costa da Morte” en el que a través de imágenes aparentemente onÃricas intenta ofrecer una mirada sobre el paisaje gallego y, entre lÃneas, sobre la fuerte lucha entre la naturaleza relativamente virgen da costa da morte y la actividad del hombre que acaba reflejada en el paisaje. Donde hay agua, aparece la maquinaria pesquera, desde los mariscadores hasta el petrolero varado, pasando por toda la flota de bajura, puertos, diques y bateas. Donde hay monte aparece la industria maderera, los incendios o los parques eólicos. Y en el medio una imagen de una ciudad “fea” gallega que podrÃa parecer hasta bonita pero que resulta natural (La podéis ver en el gif de http://loispatino.com/Costa-da-Morte). Porque a fin de cuentas, el aprovechamiento a las bravas del territorio en todos los sectores es lo que define nuestra relación con el paisaje y nuestra idiosincrasia y los tiempos de las postales hace ya tiempo que dejaron de existir. Ver a dos señoras paseando por una playa virgen comentando el último petrolero varado con una naturalidad asustadora, una quema de aparejos pesqueros en pleno puerto o una tala de árboles (todo a la vez) me hizo pensar en el “feismo” como una anécdota, como una consecuencia evidente de un tipo de relación con el aprovechamiento natural y con el paisaje que debe ser desgranada de otro modo. Sà que somos capaces de inculcar valores a través de buena arquitectura culta, de pensamiento y ejecución magistral, a la que yo como arquitecto joven también admiro por mi incapacidad, pero tengo al mismo tiempo la sensación o mejor aún, la necesidad, de otros modos de hacer arquitectura. En este territorio y este tiempo “Mad Max” necesito otras herramientas que me den una nueva capacidad de diálogo, que me permitan intervenir con contundencia y honestidad, herramientas que estén a la altura de esta sociedad rururbana global, hipercontrolada y pirata, conformada y antisistema, que la Arquitectura de escuela, a través del pensamiento, no está consiguiendo encontrar. Y lo que me resulta preocupante es que desde un cierto posicionamiento se entienda esta postura como ingenua cuando a mà me resultan increÃblemente ingenuas muchas de las propuestas arquitectónicas premiadas y publicadas y asumidas como referencia, que ofrecerán respuestas “brillantes”, pero la mayorÃa sólo con mucho brillo y poca novedad. En esta dicotomÃa nos encontramos, y hasta que se pueda debatir con parámetros de la calle en arquitectura, o con parámetros arquitectónicos en la calle, sólo nos quedarán los debates sin fondo del ciclo de conferencias de turno. En este sentido, la net ya ha parido debates más encendidos de los que pude presenciar en mis muchÃsimos años de facultad, algo fallará también en los espacios de debate, entonces, o en la Universidad, cuando esto no sucede. Un saludo
Creo que esto se ha ido o se me ha ido de las manos. Estamos evidenciando nuestras diferencias y no las afinidades. No está mal discutir abiertamente sobre lo que uno piensa, pero creo humildemente que este no es el formato adecuado.