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Arquitectura Viva / Arquitectura Muerta

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Una sensación profundamente extraña. Eso es lo que queda tras ver el nuevo número de la revista Arquitectura Viva dedicado a los “colectivos españoles”. Extraña, aunque muy cercana al sentimiento de derrota inesperada o, más bien, a la simple sospecha de que si estamos ahí es porque nuestro trabajo tiende a significar nada.

El cabreo que pillamos tras comprobar que nuestro mini-texto de presentación había sido modificado (pareciendo aún más absurdo que el original…), en realidad, era sólo una vía de escape para esa decepcionante sensación de vernos caricaturizados (junto a parte del resto de la generación perdida) bailando al son de Luis Fernández-Galiano, director del cotarro, y que ya en la editorial nos sitúa como una divertida y bienintencionada repetición de una fase vital más o menos genérica, pero que, por supuesto, él y su generación abandonaron ya en su momento por su incapacidad para compartir cartel con la racionalidad y las necesidades del occidente acomodado.

Así pues, tras la rápida ilusión de ver nuestro trabajo reflejado, aunque sea de forma testimonial, en un medio cultureta de primera división, la sensacion post-parto es francamente inquietante: ¿Qué significa que una revista conservadora dedique un número a un tema en el que cabemos junto a muchos de los grupos con los que nos identificamos? ¿Es, como se intenta reflejar, la constatación de un cambio imparable que un medio generalista ha sabido detectar y que, consecuentemente, incluye en el campo de lo posible? ¿O quiere decir, por el contrario, que de alguna forma nuestro trabajo se ha estabilizado y ya no representa ninguna posibilidad ilusionante para el porvenir?

Así de primeras, y con el mal cuerpo aún presente, algunas de las cuestiones que nos preocupan son:

1.- Por una parte, lo incómodo que resulta pensar en la importancia de los que no están, ya que muchas de las personas, colectivos o lo que sean, que más valoramos por lo críticos e inspiradores que se han mantenido hasta la fecha (como Recetas Urbanas, Hackitectura, Todo por la praxis, Straddle3, Arquitecturas Colectivas, n+1, pescadería20, La Ciudad Viva o Democracia) no aparecen en el “diccionario de colectivos” elaborado por la revista.

Y aunque éste no se planteara en ningún momento como un compendio absoluto, e incluso contara con nuestras sugerencias para conformar la lista (nosotros mismos podríamos haber mencionado todos estos nombres y no lo hicimos), por el motivo que sea los que se han quedado fuera son quizás los que mantienen un posicionamiento más abiertamente crítico con los sistemas de construcción del mundo dominantes en los foros de debate “cultural”, es decir, con la arquitectura de los arquitectos desvinculados por decreto divino de los procesos edificatorios asociados a la burbuja inmobiliaria, pero que funcionaron (como explica perfectamente Observer en “El príncipe arquitecto y la rana inmobiliaria”) como agentes ultranecesarios para su existencia, mientras eran sostenidos y representados en la esfera pública, por ejemplo, por revistas como Arquitectura Viva (basadas en la exaltación de las castas arquitectónicas ilustradas, el buenrrollismo neutral y confidente con el que paga, las infografías tipo Show de Truman con gente muerta de felicidad, o las fotos orgullosas de mostrar edificios sin personas como acompañamiento a textos aburridísimos que siempre pasaban por alto las causas y consecuencias de aquello que se pretendía analizar).

Un discurso que, por cierto, aún tiene una gran vigencia, sobre todo en el circuito Universidad – Medios de comunicación, y que se manifiesta de forma cada vez más delirante y bochornosa: por poner un ejemplo cercano y de actualidad, la ETSAC organiza esta semana las conferencias “La vivienda del Arquitecto en el borde del mar” (con Manuel Gallego, Arturo Franco Taboada y Iago Seara como maestros speakers), un tema de incalculable interés para el presente y que casi parece planteado como una performance didáctica sobre la pluralidad que permite la libertad de expresión. Sobre todo, si tenemos en cuenta que mientras sucede esto, a Joaquín Torres, el perfecto chivo expiatorio del sistema cultureta -y al que toda una generación de arquitectuchis le debe unas copas por fingir ser el malo de la película y sostener así su papel de buenos-) no se le invita ni a escribir en Arquitectura Viva ni a dar una conferencia en la ETSAC. Que alguien llame al camión.

Volviendo al asunto, sinceramente, no creemos que haya habido ninguna intencionalidad en esta selección, pero tampoco que se trate de una simple casualidad… Y estar en un sitio donde no aparecen representados muchos de los trabajos que más valoramos y nos han influido es una cuestión que nos hace dudar.

2.- Por otra parte, también resulta destacable lo que no está en la revista, que, desde una perspectiva más o menos “utilitaria” (que no tendría porque coincidir con los objetivos editoriales), serían el análisis de nuestros problemas y la representación de nuestras críticas directas hacia el común devenir de la profesión o hacia las formas de construcción de la ciudad, ambas cuestiones a las que quizás sí le vendría bien la cualidad mediática de la revista.

En este sentido, aunque la mayoría de los colectivos representados plantean en sus textos muchos de los intereses y posicionamientos críticos que compartimos (tanto respecto a las formas de trabajo, como a las ideas sobre los fenómenos urbanos o a la condición de ciudadanía), en general, y quizás por las perspectivas que manejan los artículos y la editorial que acompañan al “diccionario”, no se desprende ninguna sensación clara, ni de crítica hacia lo que hay, ni de preocupación por las limitaciones que encontramos en el día a día.

Y no se trata para nada de hablar sobre “la crisis” o de plantear la cuestión en términos de simplonas acusaciones intergeneracionales (como la empanada que se cocinó hace unos días Manuel Ocaña…), pero sí de enfocar nuestro trabajo con menos remilgos autocomplacientes y relatos neutralizadores (nosotros los primeros). Aunque sean cuestiones mencionadas, en ningún momento se profundiza en los problemas que nos afectan (como las dificultades a la hora de viabilizar la precariedad estructural pasado un tiempo determinado, o de canalizar los impulsos ciudadanos sin remitirnos a lo festivo como argumento principal), ni en las críticas radicales a los sistemas laborales dominantes en la profesión que, en realidad, conllevan cada una de nuestras decisiones organizativas.

Y aquí quizás entra de lleno la cuestión del medio de comunicación. Aunque lo hayamos intentado, ni los textos propios de los colectivos, ni desde luego los dos artículos que acompañan al “diccionario”, consiguen en conjunto eliminar el aura neutralizadora que impone el medio donde se inscriben. Cerramos la revista conociendo a una decena más de compis, autoafirmando los lugares comunes y poco más. Quizás más agradable en teoría, pero nada muy diferente respecto a los números dedicados a los Moneos o Fosters de turno.

3.- Y por último, tampoco es muy relajante pensar en quién dirige el asunto.

La imagen que acompaña a este post es la presentación de la exposición comisariada por Galiano para la Bienal de Venecia de este año. Un esperpento para publicitar “los méritos y logros de la arquitectura española reciente”, protagonizado por los de siempre (en este caso, Paredes-Pedrosa, Nieto-Sobejano, RCR, Mangado y Mansilla-Tuñón), pero aderezado esta vez con la compañía de decenas de estudiantes, ridiculizados a lo Guantánamo Bay, con la misión de explicarle a los visitantes las maravillosas maquetas de la arquitectura-de-la-buena made in spain, mientras, a modo persona-orquesta, hacen patente performativamente “el estado deplorable en el que se encuentra la profesión”.

Una imagen, contemporánea al nuevo número de Arquitectura Viva, que da bastante que pensar sobre las intenciones editoriales de la revista. Básicamente, porque en esta clase de composiones bizarras en las que se mueve Galiano, la verdad es que no nos gusta ningún papel: ni el de estudiante exclavizado-pero-disfrazado-de-exclavo a ver si cuela como metáfora, ni el de “crítico” satisfecho y ya sin motivos ni ganas de mojarse, ni el de arquitectuchi aburrido que nunca se pregunta porque está siempre ahí, ni el de pánfilo periodista que va a publicar directamente la nota de prensa repartida en el evento.

Volviendo a la revista (sobre el tema Bienal, queda todo claro con los análisis de n+1 al respecto: aquí, aquí y aquí), la editorial de Galiano no deja lugar a dudas: hemos venido a animar la fiesta en sus horas de bajón, y con un poco de suerte podemos acabar con nuestro culo decidiendo qué cantamañanas van a ir esta vez a Venecia y, sobre todo, cómo decoramos el asunto para parecer preocupadísimos por cada presente que se tercie.

En fin, aunque todo esto pueden ser cosas de pijos periféricos (quizás a los de provincias aún nos quedan grandes los saraos de la capital), la sospecha de que los 48 grupos representados estamos paralizándonos hasta el punto de poder ser capturados por la foto, está presente desde que cerramos la revista. Lo que no pudo “la crisis”, lo puede conseguir nuestra propia autorepresentación como parte de la arquitectura muerta. Aún hay mucho que inventar para no darle la razón a Galiano.

* A pesar de este ladrillo, no podemos más que agradecer a Lys Villalba el cariño dispensado en el trato durante estos meses.


10 comentarios

10 comentarios

  1. Omar October 9th, 2012 21:34

    No os preocupéis.
    AV es lo más contrarrevolucionario que se puede echar uno a la cara, con su pan se lo coman.
    Viven en un mundo podrido, bastante desgracia tienen.

  2. ch October 10th, 2012 12:07

    qué cosas, oiga. 🙂
    creo que Nicanor nos quiere llevar a unas mesas o algo.

  3. Jesús Etc October 11th, 2012 13:22

    Hay una cosa que se dice mucho en este país que es “Si no te gusta, pues no mires”, y menos te incluyas en el “cotarro”. Conozco AV desde que empecé la carrera y tengo clarísimo donde estamos apareciendo, ya que mi colectivo sale en esa revista. Si ustedes de verdad pensaban que este iba a ser el artículo del año, se equivocaron de espacio. Tenemos páginas o blogs para que nos conozcan, lean nuestros artículos y vean como pensamos, pero a veces no llegamos al suficiente público y eso es lo que te aporta esta revista. Ustedes lo dijeron, es un diccionario, no una enciclopedia.

    Entiendo que muchos colectivos no aparezcan, pero puede que esos que para ustedes faltan para otros sobrarían, así que en ese tema nunca entraría.

    Sinceramente, nos caiga bien o no Galiano (no tengo el gusto de conocerlo), me parece un peco feo críticar a alguien que te ha dado la posibilidad de mostrar que es lo que haces (por el contrario a lo mejor yo nunca hubiese llegado aquí), a la vez que haces autocrítica en plan “a lo mejor no deberíamos estar en la publicación”. Me suena a demagogia barata.

    A mi colectivo le hacía ilusión salir en AV, no lo vemos como un reconocimiento, más bien como una ventana abierta más. Para nosotros todo lo que sea producir es bueno, es estar vivo, la muerte preferimos dejarla para los cementerios.

  4. ergosfera October 12th, 2012 14:08

    1.- Buenas Omar, no nos preocupamos hombre! Era un pequeño desahogo, y un aviso a nosotros mismos como “navegantes”…

    2.- Qué pasa ch! tenemos que hablar sin falta de ese tema… por el barrio de las flores también tenemos alguna noticia de esos eventos inminentes…

    3.- Buenas Jesús, claro que nos hacía ilusión el temita aunque tampoco esperáramos que fuera a ser el documento del año… esto es una pequeña reflexión a mayores, algo que sólo se podía pensar a posteriori, una vez cerrada la revista… y por supuesto, lo de los colectivos elegidos es opinable, nosotros conocemos y nos han influido esos que mencionamos, a vosotros quizás otros, sin más.

    Sobre lo de Galiano, aunque creemos que él no ha sido muy respetuoso que se diga con nuestra “generación” en el asunto Bienal, está claro que se podían decir las cosas de otra manera mucho más constructiva, pero no damos para más, y al final, pues quedó un poco contradictorio el tema crítica+autocrítica+pero-estamos-ahí… seguro que incluso demagógico como dices (o algo peor), pero había que decir muchas cosas… Quizás este texto es darle una importancia desmesurada al tema revista, cuando al final, está claro que es una ventana más (aunque desde luego no inocente…).

    Por otra parte, aunque criticar a alguien que “te ha dado la posibilidad de mostrar que es lo que haces” es un poco raro, no por ello es menos necesario… el tema de las limitaciones que nos autofijamos a la hora de opinar sobre el trabajo de las personas que conocemos es muy complejo y siempre presente, pero no creemos que cada vez que alguien nos de una de esas oportunidades o coincidamos en un sarao-arquitectuchi, se convierta ipso facto en sagrado y su trabajo deje de estar abierto a la crítica… eso es lo que pasa en los círculos de “los de siempre”, nadie dice nada de nadie, y por lo tanto, a nadie se le interpela para que se haga preguntas y avance; Galiano se merece todo el respeto del mundo como persona, pero su trabajo y sus ideas públicas, no.

    En fin, que las dudas, mejor negro sobre blanco; para no olvidarnos, para compartirlas con otros a los que les puedan servir de algo, y para no crearnos una idea distorsionada de lo que somos. Abrazo!

  5. maria mallo October 13th, 2012 00:36

    Buenas noches desde la sierra (los de la capital escapamos en cuanto podemos).
    Vaya caña amigos gallegos! solo quería aclarar dos cuestiones:
    La primera es que Todo por la Praxis, Recetas Urbanas y Arquitecturas colectivas renunciaron a participar en la revista, una pena porque estoy con vosotros en que se queda cojo el número (había varias páginas). También alguno más de los que mencionáis renunció, pero como ahora no me acuerdo bien, no quiero meter la pata.
    La segunda es que se ha hecho este número (supongo que entre otras cosas) porque Lys Villalba lo propuso. Lys trabaja en colectivo desde el 2006, dentro de Leon11, está metida hasta arriba en zoohaus y sobretodo en el proyecto de Inteligencias Colectivas y bueno, supongo que uno siempre intenta apoyar las cosas en las que cree con los medios que tiene a su alcance.
    Escribo esto aun a riesgo que que Lys me corte la cabeza (porque no la gusta nada que hable por ella) pero no me puedo resistir a aclarar temas. Todavía no he leído la revista… me da un poco de miedo. Más pavor me da coincidir con Galiano en que para mí el colectivo ha sido una etapa vital, ahora el cuerpo me pide otra cosa, que tiene que ver con la consciencia de una identidad profesional no diluida. No se si los colectivos “han muerto” y ahora lo que importa es el trabajo en red. Lo que yo siento es que me gusta compartir mi vida profesional con gente a la que admiro, que me hacen crecer y que son buenas personas. Como vosotros. Un beso grande

  6. ergosfera October 20th, 2012 04:11

    buenas María! esperamos que aún tengas la cabeza en su sitio… muchas gracias por jugártela y por tus palabras, a ver si coincidimos pronto y hablamos sobre estos temas, tangentes, pero que tanta importancia tienen para definir nuestro papel en la spanish party que nos ha tocado… abrazo!

  7. Una opinión October 24th, 2012 16:28

    A ver… recapitulemos:

    Editor, consciente de que publica para un público endogámico y con un porcentaje de ventas nada despreciable a unos jóvenes estudiantes de carrera, decide que para no perder ese público debe de “hacerse eco” de la generación más próxima a dichos estudiantes y venderles optimismo e ilusión de que: “the party is far from over! Here come the new challengers and we’re having so much fun! Join us in this big celebration!! WE (YOU) ARE THE NEXT BIG THING!!!”.

    Colectivos que aceptan la invitación, no sé si con un debate interno o no del primer párrafo, ÁUN SIENDO CONSCIENTES DE QUE OTRA GENTE QUE, APARENTEMENTE RESPETAN, ESTÁN INVIRTIENDO TIEMPO Y ESFUERZO EN QUE EXISTA UN ESPACIO VACIO MEDIÁTICO EN LA ARQUITECTURA DE CIERTOS TEMAS, SIN ANTES TRATAR OTROS, VITALES PARA TODOS Y QUE NO TIENEN CABIDA AÚN EN NUESTRA QUERIDA PROFESIÓN. Tirando a la basura ese esfuerzo de dejar en blanco el tema de “tendencias” por un tiempo, ya que lo único que nos queda real, COMO COLECTIVO (real, el de todos) es que la siguiente generación aprenda y no cometa, OTRA VEZ LOS MISMOS ERRORES y precisamente, en ese acto en el que nadie quiera buscar protagonismo por la mera aparición del vacío, es donde podría surgir el debate real… Sin mecenas, sin evangelistas, sin fans entregados… Todos como profesionales de una misma entidad de la cual, no sabemos reclamar a instancias superiores nuestra preocupación e ideas de cambio.

    Los discursos de estos colectivos, finalmente, y ya en la publicación, quedan diluidos. Ni se cobra protagonismo como colectivo “individual”, ni se consigue avanzar en la búsqueda de un bien común. Se utilizan como títeres, que comparten cartel en un festival bienintencionado, en el que incluso, dudan que sea bueno que COMPARTAN ESCENARIO con el de al lado y es que, tanta gente, tan parecida, junta y sin contrapuntos importantes en sus postulados que generen debate en medio de una crisis, efectivamente, queda poco “contracultural”. Uno más de otros tantos.

    Sigamos y esperad… que ahora viene lo bueno (lo mismo hasta es conveniente coger papel y lápiz, para ir haciendo los diagramas de Venn, que la cosa se complica). No se entiende bien cómo COLECTIVOS, pertenecientes al subgrupo de COLECTIVOS, enfocados en llevar la arquitectura al ciudadano de a pié (paradójicamente, eso es lo que buscamos muchos, sin necesidad de etiquetas) deciden, mediante un complejo sistema de decisiones internas (fundamentado en no quedarse en el papel de convidados de piedra en la “futura revolución” del subgrupo de los COLECTIVOS), aportar material a una revista que no compra precisamente María los lunes, junto con OTRA prensa rosa o Mario, junto con su número de Todocoches, sino el COLECTIVO que NO pertenece al subgrupo de COLECTIVOS, de mayor tamaño cuantitativo que el subgrupo perteneciente al COLECTIVO de COLECTIVOS, sin poner en tela de juicio y evaluar si los integrantes perteneciente al subgrupo de los NO COLECTIVOS, entenderá su posicionamiento, buenas intenciones o interés que aportan al grupo COLECTIVO REAL, formado por los subgrupos pertenecientes al COLECTIVO de COLECTIVOS y los NO pertenecientes al subgrupo de COLECTIVOS.

    Pregunta retórica que da que pensar… ¿Cuántos COLECTIVOS somos, no? Nos gusta redefinir las cosas a los arquitectos, tenemos esa pulsión, pero esto de los COLECTIVOS, ya es vicio puro…

    Y finalmente, un COLECTIVO, decide entonar un mea culpa… y pasa un poco, como con ese árbol que se cae en el bosque y no hay nadie para oírlo. Crea un nuevo COLECTIVO, el subgrupo que NO pertenece al COLECTIVO de COLECTIVOS, NI al subgrupo de los NO pertenecientes al COLECTIVO de COLECTIVOS, pero pertenecientes al COLECTIVO REAL. Lo que, en este país, que entiende sólo de polos opuestos, clasificaríamos como PARADOJA (Podríamos haberlo definido como un grupo intersección de los anteriores eliminando la paradoja, pero insisto, aquí somos así).

    Mientras tanto, hasta que no se entienda el bien común y se comparta, permitid que un humilde servidor se sienta en la tesitura de incredulidad ante ciertas propuestas/posicionamientos… son muchos años de blanco o negro… y que esté un tanto esquivo con esta fe de erratas, fuera de edición.

    Un saludo y siempre, mucho ánimo!

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